martes, 13 de octubre de 2009

En el Centro de la Realidad 2



"Plaza Italia pa'rriba", "Plaza Italia pa'bajo". Son frases con las que crecí.


Santiago es una ciudad dividida y, lamentablemente, marca la pauta para el resto del país en esto también.


Las sospechas son mutuas. Como el maestro de la ley que cuestionó a Jesús en Lucas 10.25 consideramos que existe un grupo de gente que son dignos de amor de nuestra parte y otros que no.


Amar es darse a sí mismo por el otro, y la base del amor es el reconocimiento del otro como persona tan válida como yo. Por eso Cristo hace que el intérprete de la ley recuerde que al prójimo se ama como nos amamos a nosotros mismos. Este es el parámetro de Dios: reconocer al otro como persona válida en sí mismo y por sí mismo, así como yo me reconozco y me veo a mí mismo como una persona legítima, válida (vv. 26-28).


Aquí es donde radica el problema de muchos santiaguinos y chilenos en general: ¿a quienes reconocer como personas tan válidas como yo? Es el mismo problema del intérprete. "Todos los hombres son iguales" hablamos con certeza y tono solemne, pero nuestras silenciosas actitudes diarias responden "pero unos son más iguales que otros".


El que no tiene un apellido vasco, francés, inglés o alemán ya despierta sospecha en algunos santiaguinos de "Plaza Italia pa'rriba": ¿será este fulano una persona tan válida como yo? Si a eso le sumamos rasgos más indígenas como pelo oscuro tieso, nariz gorda, ojos castaño oscuro levemente rasgados, la pregunta se levanta nuevamente en actitudes silenciosas incluso para nuestro fuero íntimo, no en formulaciones verbales: ¿tiene esta persona la misma legitimidad que yo tengo como persona? Si las ch no las pronuncia "tch", sino "sh", si su vestimenta es así o asá, si no tiene un título profesional, si su título es de una universidad "x" o "y", etc. etc.


Así vamos levantando cercas bajas que nos distancian de considerar al "tú" alguien tan válido como el "yo" y el principio de amar al prójimo como me amo a mí se diluye, pierde fuerza hasta tornarse un muro enorme, digno de las odas de Roger Waters. El amor, de esta manera, sólo existe hacia los que se encajan en mis parámetros y ¿hacia los que son distintos? como máximo: paternalismo, caridad. Les hablo con un tono de voz infantil como si, por no tener el apellido, los rasgos físicos, la forma de hablar o por el hecho no tener un título profesional de mi universidad, supieran menos de la vida que yo y fueran personas menos válidas que yo.


Pero en "Plaza Italia pa'bajo" también discriminamos y ponemos condiciones para considerar al otro válido. Y es que si vemos que tienes posibilidad de pagar tranquilamente y sin mayores deudas el colegio, la ropa, el auto, las salidas a comer y las vacaciones que a nosotros nos gustaría y si más encima hablas de esa forma tan peculiar del sector oriente ("hablai como cuico" decimos), tus ojos, tu pelo y tu tez son claras, entonces eres de esa raza, de esa clase, de los opresores que sólo se han enriquecido a costa de explotar a nuestros papás, tíos y abuelos. Asumimos inmediatamente, y sin conversaciones para conocer tus puntos de vista, que te sientes mejor que nosotros, que no sabes lo que es sufrir en la vida, que se te ha dado todo y por eso no entiendes de verdad la frustración de hacer un esfuerzo que nadie lo celebra ni recompensa, no sabes lo que es "aperrar" y "jugársela" por la vida. Por todo eso, en realidad nosotros somos mejores que tú: por eso paseamos por las estaciones de metro y por las calles con el celular tocando un reggaetón "a to'o shansho", sin audífonos. Y es que odiamos tu música, tus valores, tus conversaciones, tus instituciones representantivas, tus barrios. Sólo nos interesa tu dinero.


¿Y si no te odiamos? Entonces admiramos tus privilegios y tus logros y queremos ser como tú, así que buscamos tu amistad, nos gusta juntarnos contigo, aunque el resto de nuestra familia y los amigos del barrio nos llamen arribistas, nos endeudamos irracionalmente para llevar el estilo de vida parecido al que tú llevas y salir luego de aquí abajo, para irnos a vivir un poco más "p'arriba". Eres un objeto para nosotros, no una persona válida como tal. Te usamos, te valoramos sólo en la medida en la que nos das valor a nosotros mismos.


¡Qué actual lo que Jesús tiene que decirle a la ciudad de Santiago! ¿Qué historia nos estaría contando Jesús hoy, sentado en alguna placita de La Pincoya, mientras los niños a su al rededor levantan polvo jugando con una pelota?


"Eran como las 7 de la mañana de un invierno cualquiera y un albañil que iba a la pega, cayó en manos de flaites adictos a la pasta base que lo asaltaron y lo dejaron medio muerto a unos pasos del paradero de la micro sólo para quitarle 3 lucas. Pasó la vecina que es nana en Las Condes y el sobrino de ella que tenía que juntarse a estudiar con unos amigos de la U (es el primero de su familia en entrar a la U), pero iban demasiado apurados porque la 208 pasa llena y ahí venía. Así que vieron al albañil, pero no le ayudaron."


"La micro partió, era una mañana de invierno, y el albañil quedó solo sin saber si el frío que sentía se debía al desangramiento o a la temperatura ambiente. En eso, el Mercedes Benz de un empresario que pasaba por ahí para ir hacia una reunión en una de las plantas de su industria en el sector nor-poniente de la ciudad, se detuvo. El empresario bajó corriendo del auto, pensó que iba a ser inútil llamar a carabineros o a una ambulancia, así que tomó al hombre bajito que se quejaba entre sus brazos y lo subió al asiento trasero del Mercedes, no pensó ni un segundo en la sangre que manchaba los asientos del auto, su terno, su camisa o su corbata (que solita valía más que todo lo que el albañil traía puesto). El empresario de pelo medio rubio ya un poco cano, lo vio y pensó en su padre, en su abuelo y lo mucho que le dolería haber visto a alguno de ellos así. De inmediato lo llevó al hospital más cercano, mientras realizó una llamada para retrasar un par de horas la reunión que había marcado con los inversionistas extranjeros: "tuve una emergencia familiar y estoy en el hospital". No quería parecer buen samaritano. La atención fue rápida, detuvieron el sangramiento y dejó de estar bajo riesgo, pero al empresario le bastó media hora en el hospital para decidir que se llevaría al hombre a la clínica donde trabaja su hermano cardiólogo y donde le habían hecho a él mismo una cirugía el año anterior. Estaba seguro que la atención allá sería mejor. Otro par de llamadas desde la BlackBerry y el albañil fue trasladado en ambulancia hacia la clínica. El empresario dejó al viejito bajito en una habitación de la clínica, buscó entre sus pertenencias algún número de contacto, habló con el hijo, le dijo que no se preocupara por nada que el viejito estaba bien, le explicó cómo llegar la clínica y le dijo que él mismo iba a estar de vuelta en la clínica lo antes posible. Encargó en la recepción que todo quedara bajo su cuenta, con cheque en blanco incluido, y se fue a casa a ducharse, cambiarse e irse a la reunión. Camino a la planta decide llamar a su gerente general, le habla con su característica "papa en la boca", pero en un tono sencillo y directo: "Ernesto, estoy llegando en 10 minutos. Estaré en la reunión y luego te voy a pedir que tú lleves a los gringos a almorzar. Tú entenderás que no puedo quedarme, tendré que almorzar en la clínica con mis familiares". A estas alturas no era tan mentira... el empresario realmente sentía al viejito albañil como si fuera un tío muy cercano y querido."

Que "Plaza Italia pa'rriba" y "Plaza Italia pa'bajo" se tornen en Santiago sólo una forma de describir diferencias geográficas y ya no más divisiones, sospechas, arribismos, resentimientos, desprecios ni paternalismos. Que el Señor sea con nosotros y nos haga instrumentos para traer esta unidad a una ciudad tan dividida y amurallada en sus prejuicios. Que el amor de Cristo, su gracia en el Evangelio muevan al Proyecto UNO, para que seamos verdaderos "artesanos de la paz" (Mt. 5.9).

martes, 6 de octubre de 2009

Preparándonos para partir

¡Así es! Ayer, 5 de octubre de 2009, tuvimos nuestra primera reunión oficial del proyecto uno.



Éramos 20 (¿o más?) personas haciendo uso del pequeño living del departamento en calle Merced.



¡Cuánto temor, gozo, ansiedad y gratitud había en mi corazón al mismo tiempo, no es posible describir con simples palabras!



Presentamos el proyecto, intentamos ser lo más honestos y transparentes que pudimos.



A aquellos que estuvieron ayer y que quieren seguir participando: les recuerdo que muchos de sus temores y dudas irán siendo aclaradas en el camino, no por mí (¡menos mal!), sino por el Espíritu de Dios. ¡Nos vemos el 19 de octubre en el depto. de Merced (¿nuestro "cuartel de operaciones"?) a orar, conversar y buscar la dirección del Señor! Y si tienen dudas urgentes que quieren resolver antes del 19, entonces, por favor, no duden en llamarme, escribirme un e-mail o lo que sea para que nos juntemos, nos tomemos un café o una cerveza y busquemos aclarar cualquier duda que tengan. Mi tiempo lo administro yo con el Señor, no Uds., así que antes de concluir (tal vez precipitadamente) que no tengo el tiempo, entremos en contacto y veamos cómo, dónde y cuándo nos podemos juntar, ¿ok?



A quienes vinieron ayer y decidan que no es el tiempo o que entienden que Dios les llama a otra cosa, quiero ser muy claro y transparente con mis sentimientos: ¡Gracias por venir! ¡Gracias por mostrar interés! ¡Eso ya nos estimuló y nos dio el apoyo que necesitábamos! Por favor, hágannos saber en qué están y permítannos orar por Uds, así que como nosostros esparmos con las oraciones de Uds. El Espíritu de Dios es lo suficientemente grande, poderoso y creativo como para quedarse en un solo proyecto ;-)



TAREA (¡así es! ¡ya empezamos!): Lean los posts anteriores a este (son 4) y si tienen el tiempo coméntelos aquí mismo en el blog, ¿ok?



Un abrazo apretado a todos con mucho cariño,


Jonathan.
P.D. Para los que quedaron con la duda, en la foto está el primer bosquejo del logo... jejeje

viernes, 2 de octubre de 2009

Plantadores biocupacionales

En su excelente libro sobre plantación de iglesias "Community of Kindness", Steve Sjogren y Rob Lewin aconsejan a los plantadores a trabajar fuera de la iglesia hasta que la congregación alcance doscientos asistentes, incluso a aquellos que tienen el financiamiento para dedicarse a tiempo completo a la congregación. Ellos apuntan 5 ventajas que se obtienen en el trabajo biocupacional:


1. Se puede conocer gente para invitar mientras se trabaja.


2. Ayuda a destruir el conflicto "sagrado-secular", con lo cual Sjogren y Lewin se refieren "a la inclinación natural de la mayoría de los convertidos a pensar que trabajar en la iglesia es más valioso que trabajar en el mercado [de trabajo], o sea: más valioso para Dios"


3. Se continúa enviando el mensaje de que uno no está intentando vivir a costa de otros. Es bueno, de hecho, de que el plantador se asegure de ser generoso con el dinero que se gana trabajando fuera de la iglesia. Los grandes líderes son siempre los principales dadores en su iglesia.


4. El plantador se verá forzado "a no estar disponible y, así, permitir que la congregación trabaje por sí sola sus propios problemas, ocasionalmente.(...) Tomar un trabajo externo genera un entendimiento en la iglesia de que el plantador no es su terapeuta gratuito.

5. El plantador se ve forzado a interactuar con personas en el mercado de trabajo y lo verán funcionando en el rol de una persona normal, fuera de su "rango" de pastor.
(extracto adaptado de "Planting Missional Churches" de Ed Stetzer, p. 227)


¿Qué les parece que se aplica y qué no a nuestra realidad?
¿Cuáles argumentos presentados arriba Uds. piensan que tienen mayor peso y cuáles son más débiles?
¿Qué otros argumentos podrían ser presentados a favor y en contra de la idea de plantador biocupacional?

En el Centro de la Realidad 1

La Universidad Diego Portales (UDP) acaba de lanzar su campaña de marketing para atraer alumnos para 2010, ¿su lema? "En el centro de la realidad". Eso es el centro de Santiago para Santiago, y eso es Santiago para Chile. Nos guste o no... esta es la verdad. No digo, livianamente, que "Santiago es Chile", pero sí digo que innegablemente el núcleo de las tendencias de pensamiento, costumbres y cultura está aquí, no exclusivamente, pero sí en una importantísima y decisiva medida.

Santiago es una ciudad de 6 millones de habitantes en un país de 16 millones. O sea, más de un tercio de la población chilena vive en Santiago. Santiago es una ciudad que, no siendo tan heterogénea como Sao Paulo (que es la otra gran ciudad Sudamericana que conozco por la experiencia propia de residir allí varios años), ha ido diversificándose rápidamente en un poco más de 2 décadas. Especialmente las comunas de Providencia y Santiago. El notorio crecimiento de inmigrantes peruanos, colombianos, cubanos, mexicanos y brasileños en todos los contextos sociales (desde los sectores más pobres de sociedad hasta los altos ejecutivos de multinacionales, pasando por el mundo del arte) ha hecho del centro de la ciudad de Santiago un lugar mucho más interesante que en aquella época en que nos auto-catalogábamos como "los ingleses de sudamérica". Además, los mismos chilenos nos hemos abierto - y, en ciertos casos hasta nos hemos lanzado abruptamente - a abrazar tendencias culturales más progresistas, ultra-modernas y hasta post-modernas. Hay más colores en la ropa, en la piel, en las costumbres y en las cosmovisiones. Y, como cristiano evangélico conservador esto me parecía negativo al inicio... hoy me doy cuenta, arrepentido ante Dios, de que en realidad ¡esto es hermoso! En medio de un contexto macro-económico beneficioso (y hasta ejemplar para América Latina, según muchos), el centro de Santiago, esto es: el amplio centro, desde Providencia hasta Estación Central, es un lugar estratégico para llegar con el evangelio al corazón de la cultura y la sociedad chilenas... y, muy probablemente, latinoamericana.

Al contrario de casi todas las predicciones de hace 10 años atrás, cada vez más familias están volviendo a repoblar el centro, las universidades particulares se han establecido con sus facultades y casas centrales aquí (UDP, UAH, UAB, UST, etc.) e, incluso, las universidades tradicionales están viendo sus casas centrales y facultades antiguas del centro, nuevamente llenas de movimiento y vida (UCH, USACH, PUC). Los teatros, los cafés y hasta los museos se multiplican. Ni hablar del poder ejecutivo del estado con todos sus miles de funcionarios, el cual permanece aquí - inamovible, como es esperable de un estado rousseauniano - con una buena parte del judicial también. Y aunque muchas oficinas de empresas nacionales, internacionales y multinacionales han subido un poco la cordillera, llegando hasta El Golf, sigue siendo el sector al rededor de la Alameda y de Av. Providencia el que tiene más movimiento de funcionarios y ejecutivos, no sólo en horarios de oficina de lunes a viernes, sino también en los happy-hour o after-office.

Este es Santiago Centro desde una primera mirada muy superficial y, tal vez, subjetiva.
¿Por qué razón insisto, entre líneas, en catalogar de “centro” todo lo que va desde el metro Estación Central hasta el metro Los Leones? ¿Por qué ignoro las obvias diferencias entre lo que está "hacia arriba" de Plaza Italia y lo que está "hacia abajo" de Plaza Italia?

Ese es tema para un próximo post…