lunes, 10 de enero de 2011

SANTIAGO: CIUDAD GLOBAL

The New York Times publicó esta semana sus 41 lugares a los cuales ir en 2011. En el nº 1 está nuestra hermosa ciudad: Santiago de Chile.
El sólo hecho de que aparezca Stgo. podría sorprendernos. Pero en el nº 1 ya me parecen palabras mayores.

La oferta cultural es una de las principales razones esgrimidas en el breve artículo que lo pueden leer haciendo clic aquí. No sólo eso, la foto de presentación es ni más ni menos que el Centro Cultural Gabriela Mistral (el GAM), ubicado en plano barrio Lastarria. Habla sobre la rápida recuperación del Bellas Artes post-terremoto. Habla sobre el festival Lollapalooza que será en el Parque O'Higgins en abril y sobre la pasión por la música contemporánea presente en los bares de nuestra ciudad. Habla sobre Bellavista... o sea, prácticamente (exceptuando el hotel W y el Museo de la Moda) el artículo del NYT ignora por completo otros lugares que el arribismo santiaguino consideraría top. Se focaliza casi 100% en el centro ("downtown" dirían los gringos) y en sus alrededores.

Para nosotros no es secreto y no necesitamos que un diario extranjero venga a decirnos lo que ya sabemos: ¡Santiago sí es lindo! Es una ciudad vibrante, una ciudad que crece en oferta cultural, en multiculturalidad, una ciudad que se está abriendo a la diversidad en todos sus ámbitos, con personas hermosas que están buscando desesperadas un propósito en la vida. Estamos también conscientes de sus (muchos) problemas y defectos, pero eso no nos desanima ni un poco en decir que en iglesia UNO ¡amamos Santiago!

Pero mi punto aquí es otro: el hecho de que estemos en el nº1 de la lista de lugares a dónde ir del NYT, representa un desafío misional para nosotros. Stgo. se va posicionando poco a poco como una "ciudad global" y la verdad es que las ciudades globales son el principal desafío misionero del presente siglo.

Son ciudades que son capaces de concentrar en pequeños espacios geográficos una amplia gama de razas, lenguas, tribus y naciones, pero no en guetos aislados unos de otros, sino todas ellas interactuando constantemente. Toda la riqueza, la gracia común, la distorsión y la pecaminosidad de diversas culturas interactúan minuto a minuto por las calles del centro de Stgo. ¡y esa diversidad indica ir en aumento! ¡Eso es una verdadera oportunidad para que el poder del Evangelio sea desenjaulado por la iglesia de Cristo a fin de unirnos a la obra de Dios de redimir todas las culturas a los pies del Cordero!

No olvidemos que este es el fin de las misiones: 



Y entonaban este nuevo cántico:
      «Digno eres de recibir el rollo escrito
      y de romper sus sellos,
   porque fuiste sacrificado,
      y con tu sangre compraste para Dios
      gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. 
      
     De ellos hiciste un reino;
      los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, 

      y reinarán sobre la tierra.» 
(Apocalipsis 5.9-10)

Si en Su Providencia Dios está permitiendo que toda esa diversidad étnica y cultural que adorará a los pies del Cordero, otrora esparcida por el mundo, se reúna en el centro de nuestra ciudad, entonces no necesitamos visiones especiales, sueños proféticos ni ángeles que se nos aparezcan en la noche y nos digan qué hacer. Jesús ya nos dio el plan hace mucho tiempo: ¡vayan y hagan discípulos de todas las naciones!

El artículo del NYT da cuenta de una realidad ya instalada, pero, además, amplificará inevitablemente la tendencia: cada vez más gente va a viajar a Santiago para conocer estos recovecos, las callecitas como Lastarria y los bares como el Utopía, donde hicimos el Ciclo de Cine de iglesia UNO. Y se van a topar con más sorpresas inesperadas, como el café turco de nuestro amigo Julio (que siempre me saluda "¿cómo le va, pastor?"), como el subterráneo del café Forestal, donde he estado realizando desde hace ya varias semanas estudios bíblicos a sus dueños.

Que entre esas sorpresas, ellos encuentren una comunidad vibrante, llena del amor de Cristo, que predica el Evangelio con pasión. Más que un culto bakán (lo que no tiene nada de malo), más que una actividad súper producida al aire libre (lo que me parece buenísimo), que ellos encuentren una comunidad, un movimiento que se apodera de los cafés, de los bares y de las plazas. Involucrados y metidos en el tejido social del centro de Stgo: 5 compadres haciendo un estudio bíblico aquí, un grupito de 4 orando allá, otro par haciendo apologética evangelística en ese bar de ahí, otro grupo haciendo arte al aire libre, a fin de compartir de Cristo, en esa plaza de allá. Y que en todos lados nos reconozcan como la iglesia del barrio, la parroquia urbana sin sede fija, sin domicilio, pero que está en todas expandiendo el Reino, amando la ciudad, amando al prójimo y amando la gloria de Dios en Cristo sobre todas las cosas.

¡Que Dios nos use! ¡Que Él se glorifique en nuestra comunidad!


jueves, 16 de diciembre de 2010

REFRESCANDO Y REAFIRMANDO NUESTRA VISIÓN

Amigos todos:


Este video de 38 min. expone nuestra visión como iglesia. Fue mi exposición en el Congreso de Misiones Urbanas en la V Región.

Cada uno de los miembros del equipo plantador DEBE darse el tiempo de verlo y considerarlo. Debemos estar alineados en esta visión. ¿Qué nos motiva? ¿Por qué hacemos lo que hacemos en UNO ? 


Este video nos ayudará a refrescar nuestra visión y a afirmarla en nuestro corazón:



Hagan clic aquí:

lunes, 25 de octubre de 2010

PASTOR, ¿QUÉ ES "CAER CON ESTILO"?

Los pastores tenemos algunas frases crípticas para referirnos a cosas que nos hacen mucho sentido a nosotros, pero que a otros pueden parecer un tanto herméticas. Son frases o palabras que nos dan status y nos hacen sentir importantes.

Tal es el caso de "kenosis", "unión hipostática", "supralapsarianismo", "monergismo", etc.


Por estos días, tratando de sobre-compensar mi complejo de inferioridad, me inventé un nuevo término teológico: "no volamos... ¡caemos con estilo!". Es cierto: la frase no es mía, pero me quiero adjudicar el copyright (o copyleft, si prefieren) del uso de la frase y guiarlos a través de una parábola.


Les refresco la memoria:


En Toy Story, Buzz Lightyear era este tipo medio fanfarrón y pasa'o de rollos. Él realmente se juraba que venía del espacio, tenía un láser en su brazo y ese tipo de cosas. Para demostrar que sabe volar, al inicio de la película Buzz cierra los ojos y se lanza hacia el vacío, cae sobre otros juguetes y, sin quererlo, termina medio que volando y cayendo parado de puro chiripazo. Ante esto, el celoso Woody le dice: "eso no es volar... ¡sólo caíste con estilo!"


Ya hacia el final de la peli, Buzz se dio cuenta que no es sino otro juguete más, como sus amigos, y cuando, por fin va planeando de verdad desde las alturas, su (ahora) amigo Woody le dice "Buzz, ¡estás volando!", a lo que Buzz responde: "No Woody, ¡sólo estoy cayendo con estilo!".


Todo plantador de iglesias tiende a tener un poco de Buzz Lightyear... hay que creerse un poco el cuento de que uno viene como de otro planeta. Hay que hacer un test que prueba tus capacidades sobrehumanas y pasar por un entrenamiento que es como láser en los brazos. Pero, de a poco, a medida que vas dejando la teoría y vas entrando a la realidad, te vas sintiendo más y más vulnerable, como un juguete recién sacado de una caja... ¡qué decepción puede ser ese momento cuando entras a la tienda de juguetes y te das cuenta de que hay un pasillo lleno de otros miles como tú metidos en una caja! Y que, probablemente, ya hay nuevos modelos con más accesorios, más brillantes y todo eso. Ser plantador no es ser tan especial después de todo... tu láser no es más que una lucecita led roja, tus controles son un autoadhesivo pegado, tu casco no te protege del peligroso aire del campo misionero y, en fin... tarde o temprano te das cuenta que no puedes volar.


Pero justo en ese momento donde también Dios nos muestra los verdaderos tesoros: amigos, colaboradores, gente que se la juega con uno y por uno. Un equipo de gente capaz de ensuciarse las manos y hacer lo que nunca había pensado que estarían dispuestos a hacer con tal de sacar adelante el proyecto.  Amigos que oran por uno, que, a pesar de la distancia, están al tanto de los avances, golpes y retrocesos y están siempre dispuestos a dar un consejo, elevar una plegaria, prestar o regalar un libro o un material de discipulado. Pero por detrás de todo esto está lo más importante: el soplo del Espíritu de Dios, el viento que nos lleva hacia donde Él quiere, no hacia dónde los libros, los manuales y las conferencias prometen, sino hacia donde Él, soberanamente, quiere. Y cuando por fin aterrices donde el viento de Dios te quiere llevar, te puedes ganar los aplausos o los reproches de la gente... pero eso poco importa para quien ya ganó todo el favor y el reconocimiento que podía desear: en la gracia y el amor escandalosamente incondicional de Dios en Cristo.


Para algunos iglesia UNO ya es una herejía viviente: con un plantador a tiempo parcial que no pasó ni por el assesment ni por un entrenamiento de plantación; no tiene más mentores que sus amigos que también están plantando, los libros y las conferencias por internet; llevan adelante un proyecto que no levantó recursos a través de alianzas estratégicas en el extranjero; UNO no arrienda el teatro más cool de la ciudad sino el templo más gris, etc. etc. Pero no lo hacemos a propósito... nuestro plantador lo que más quiere es hacer un assesment lo antes posible, sólo que no ha tenido la oportunidad ¡porque en Chile no lo hace nadie! No tenemos dudas de las incomparables ventajas de contar con un plantador a tiempo completo, sólo que pensamos que uno a tiempo parcial es mejor que ninguno... no queremos provocar a nadie ni creernos mejores que nadie. Simplemente, junto con el equipo plantador, hemos decidido que es tiempo de cerrar los ojos y lanzarnos. "La mies es mucha, mas los obreros pocos"... ¿les suena esa frase? 


Nuestras técnicas y estrategias son pobres... ¡el data, el telón y la guitarra son prestados! El único aporte externo que recibimos es una pequeña cantidad mensual de un Presbiterio que nietzscheanamente decidió jugársela por nosotros y ¡pucha que estamos agradecidos!... aunque más de la mitad de los que aprobaron en la asamblea no tenían idea de qué estaban aprobando.

Nos da un tantito de rabia y hacemos bromas sarcásticas acerca de quienes hablan, como disco rayado, de "hacer las cosas con excelencia para el Señor" probablemente más por envidia (porque no tenemos los recursos para alcanzar esa "excelencia") que por una razón de peso teológica. Esta es la verdad: no somos un gran equipo, somos pecadores, no tenemos grandes recursos, no manejamos todos los manuales y sólo tenemos como mapa la orden de Cristo: "hagan discípulos de todos los grupos y sub-grupos de personas" y, de vez en cuando nos detenemos a mirar el libro de los Hechos para luego, rápidamente, ponernos en marcha. 


Es verdad: no volamos... no tenemos láser en los brazos... el casco no nos protege de nada y hay miles de otros iguales y mejores que nosotros... pero, por la gracia de Dios y la guía del Espíritu, nuestro anhelo es: ¡CAER CON ESTILO!

miércoles, 25 de agosto de 2010

PENSANDO LA IGLESIA


La realidad de la Iglesia Presbiteriana estas últimas décadas es de iglesias que, en el mejor de los casos, se estancan y, en el peor, decrecen: de iglesias organizadas pasan a ser avanzadas y de avanzadas pasan a ser templos vacíos arrendados a otras denominaciones. Quisiera decir que nuestras iglesias vegetan, pero los vegetales crecen y se desarrollan...

No juzgo. No apunto con el dedo a nadie, excepto a mí. Me siento responsable porque SOY responsable. Y si algo aprendí de Sartre fue que el sentirse responsable no es hundirse miserablemente en el lodo tibio de la culpa sino saber y entender que puedo (y debo) hacer algo para que esta situación cambie. No asumo expectativas mesiánicas de ningún tipo tampoco. Eso es propio de mentes carnales e infantiles, no centradas en Jesús, el único y verdadero Cristo, el único cabeza de la iglesia.

Pensando y pensando algunas ideas me surgieron y quiero compartirlas junto con este video que les adjunto (que ya lo vimos en nuestras reuniones de equipo). No son tesis. No son propuestas. No son proyectos. Son ideas sueltas. Incompletas. Fragmentadas. Que espero nos puedan servir para ser la iglesia que Dios quiere que seamos:

Pensamiento 1:
Paso al frente de una gran iglesia, ubicada estratégicamente a 1 cuadra del centro neurálgico de Santiago. ¿Qué veo? Una gran burbuja de concreto. No me malentiendan. Sus actividades son atractivas y toda la semana está abierta para algún tipo de programación moderna y creativa. Su membresía y asistencia a los cultos dominicales crece. Muchos amigos míos, que nos criamos juntos en la presbi, van a esa iglesia ahora. ¡Y ese es el problema! Mucho trasvasije de otras iglesias. Nadie lo hace intencional. Estoy seguro que el pastor de esa iglesia no lo quiere así, pero la metodología, el lenguaje, el estilo, la forma de ser de las personas (o sea, todo aquello que importa 1000 veces más que las declaraciones de Visión y Misión de una planificación estratégica bien hecha en word y excel) repele a los habitantes de los departamentos que están al lado, al frente y en la cuadra de atrás y sólo logra atraer a los evangélicos o a las personas de clase media que comparten los valores de familia, trabajo y decencia que los evangélicos tenemos. Los cafés y bares del sector, que no son pocos, están llenos de gente que no pisarían ese templo ni aunque les ofrezcan el último musical bien ensayado, con luces, actores y música en vivo del Mesías Bicentenario.

¿Qué es lo más inquietante para mí? Que nuestras iglesias presbiterianas miran pa' rriba este tipo de iglesias y admiran su forma de ser. Sin duda, hacen más que lo que hemos hecho, pero ¿es realmente eso lo que queremos ser? Más importante aún: ¿es eso lo que Jesús nos llamó a ser? Leo mi Biblia y no veo iglesias-burbujas con imponentes templos ni actividades diseñadas para atraer... sino que veo iglesias diseñadas para enviar: iglesias más parecidas a virus (uno bueno, eso sí) que se extienden en todos los tejidos sociales, cambiando familias, plazas, ciudades y hasta la actividad económica de las mismas (como en el caso de Éfeso). Y a propósito de virus, aquí comparto mi segundo pensamiento:

Pensamiento 2:
Si una iglesia es un hospital espiritual (idea que comparto, hasta cierto punto), entonces también es un lugar propicio para la proliferación de infecciones intrahospitalarias, sobre todo si no hacemos uso del único antiséptico efectivo: el Evangelio. Me explico: muchos huyen hacia esta burbuja llamada iglesia. Huyen de la fornicación, de los vicios, de los excesos de alcohol de fin de semana, de la ambición desmedida y aquí, en el mejor de los casos, encuentran refugio, cuidado y tratamiento para sus enfermedades. ¡Pero salen de aquí contagiados! Contagiados de hipocresía, de fariseísmo, de complejo de superioridad (que en realidad es un complejo de inferioridad que busca compensarse), de sed por demostrar quién es el más santo, el más espiritual, el más consagrado, el más reformado, el más teológico. La infección intrahospitalaria puede pasar en cualquier hospital, pero pasa más (mucho más) en los hospitales insalubres que no hacen uso de los básicos procedimientos de asepsia. El Evangelio nos llama a arrepentirnos de las malas obras que surgen de corazones rebeldes y contrarios a la ley de Dios y también nos llama a arrepentirnos de las buenas obras que surgen de corazones deseosos de manipular a las personas y al mismo Dios. Podemos oponernos a Dios de la misma manera, a través de ir contra las reglas o a través de seguir las reglas. Podemos estar lejos de Cristo y su señorío, queriendo ser nuestros propios señores que deciden lo que es bueno y malo desde y para sí mismos y podemos estar lejos de Cristo y su salvación, queriendo salvarnos a nosotros mismos haciendo el mejor esfuerzo por ser buenos y santos con el fin de que Dios nos bendiga, que Dios nos prospere, que Dios bendiga a nuestra familia y que Dios nos dé el cielo. El Evangelio confronta a ambos tipos por igual. El Evangelio afirma, proclama y recuerda cada semana, cada día, que sólo Cristo es el único y suficiente Señor y Salvador.

¿Estamos preocupados, más allá de la obediencia religiosa a los manuales de igle-crecimiento, de ser iglesias evangelio-céntricas? ¿Es la mala noticia [de la profundidad y extensión de nuestro pecado] junto con la buena noticia [del pago TOTAL que Cristo hizo por gracia en la cruz y en la tumba vacía por nuestro pecado] lo que más hablamos en nuestras iglesias?

Que nuestras iglesias estén llenas de no-cristianos es mi anhelo. Pero de no-cristianos que saben bien que no lo son y que, aún así, se sienten amados por la comunidad mientras exploran la fe y aprenden de Jesús. Pero a veces nuestras iglesias están llenas de no-cristianos que no tienen idea que no lo son y ¡no sólo eso! Sino que el resto de la iglesia los admira y los elige para cargos porque son tan buenos, correctos y morales... ¡pero la verdad es que están perdidos! Y ellos mismos no lo saben porque creen que confesar la doctrina correcta, dar el diezmo, llegar a la hora a la Escuela Dominical, ser buenos trabajadores y padres de familia responsables es sinónimo de "ser un buen cristiano".

El Evangelio bien predicado y bien enseñado es un agente antiséptico efectivo. En este mundo caído no tendremos iglesias perfectas y lo sabemos bien, pero tampoco debemos conformarnos a convivir con el pecado de la falta de santidad o con el pecado de la auto-justicia. Sólo el Evangelio es el antídoto. Sólo el Evangelio de gracia nos justifica.... Y SÓLO EL EVANGELIO DE GRACIA NOS SANTIFICA.

martes, 6 de julio de 2010

Link Video del Retiro

El video lo dice todo, basta hacer clic aquí

Si se fijan tenemos cuenta de vimeo.... nada mal, ¿no?

En Cristo,

Jonathan.

miércoles, 30 de junio de 2010

RETIRO JUNIO 2010: ABRAZANDO A CRISTO EN EL PROCESO DE LA MISIÓN







Entusiasmo, expectativa y disposición se leía en la actitud de cada uno de los integrantes de UNO el sábado en la mañana al llegar a la Granja Presbiteriana en El Tabo. Allí, de la mano de Nuestro Dios y el estudio guiado por el Rev. Jonathan Muñoz, pastor de UNO, todos aprehendimos más acerca de nosotros mismos, reflexionando sobre los ídolos actuales y la forma en que éstos se relacionan con nuestras vidas; descubriendo los dones que cada uno tiene para poner al servicio de Dios en esta comunidad de fe; y entendiendo cómo la centralidad del Evangelio se evidencia en el desarrollo de toda nuestra vida.

Y de la reflexión personal, pasamos a la comunitaria, pues no podíamos dejar de entender cómo es que las personas, que aún no conocen el Evangelio, entienden el mundo y el papel que desempeñan en éste, por eso realizamos un estudio sobre las distintas cosmovisiones que marcan sus vidas, el cual nos permitió ver cómo sus propósitos e interrogantes encuentran respuestas concluyentes en el Cristianismo.

También, nos emocionamos con el testimonio de Jorge y Andrés, integrantes de UNO. A través de sus relatos fuimos testigos de cómo el Señor convierte situaciones muy difíciles o triviales, que aparentemente nada tienen que ver con Él, en la forma para llamar a sus hijos; y confiados en el poder de Nuestro Dios, nos entusiasmamos con la idea de que estos testimonios se multipliquen en UNO.

Así, el lunes no sólo nos regresábamos cantando a viva voz la melodía con que Claudia nos enseñó a leer música, sino también con el anhelo en nuestro corazón de ser un cuerpo que glorifica al Señor en el culto, en nuestro ministerio y por supuesto en el desarrollo de las vidas de cada uno de sus miembros, porque hemos entendido que no hay mejor metodología para hablar de Cristo que nosotros mismos ni mejor manera de vivir que siguiendo el principio presente en proverbios, “sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de el mana la vida” (Proverbios 4:23), el cual nos insta a cambiar cada mañana el modo por defecto en el que funcionamos para ponerlo en sintonía con Nuestro Buen Padre Celestial y Su perfecta Voluntad.

miércoles, 26 de mayo de 2010

¿Qué tipo de iglesia es UNO?


Estimados amigos, Tim Chester, un tipo reformado, pastor de una de las iglesias que más crece en Inglaterra llamada The Crowded House y autor de un libro que está revolucionando el ministerio de muchas iglesias, llamado Total Church, dijo en cierta ocasión algo que me impactó y me dejó, simplemente, sin palabras y con una llama en mi corazón ("que así sea UNO" clamé en mi interior). Aquí les comparto sus breves, pero impactantes palabras:


"Para muchos cristianos, la iglesia es un evento. Una reunión a la que asistes o un lugar en el que entras. Las iglesias puede que hablen de ser una familia, pero la mayoría de sus recursos van a parar al evento que tiene lugar el domingo. Adquirir un edificio. Preparar el sermón. Producir el boletín. Poner a punto el local con luz y sonido. Planificar el “show”. Los ensayos del grupo de alabanza. Es allí donde invertimos el dinero de la iglesia y el tiempo de las personas implicadas. Hablamos de ser familia y comunidad, pero cuando miras el uso que hacemos de nuestro tiempo y nuestro dinero, resulta evidente que vemos la iglesia como un evento.

A menudo la gente me pregunta sobre nuestras reuniones. ‘¿Cuando os reunís? ¿Dónde? ¿Qué hacéis cuando os reunís? Pero si haces este tipo de preguntas, no has acabado de entender nada. No estamos promoviendo una nueva manera de hacer reuniones. De hecho, nuestras reuniones no son las mejores reuniones. La música no es muy buena y la enseñanza nada fuera de lo normal. Lo importante es compartir nuestras vidas: viviendo con la intención de que el evangelio afecte lo cotidiano de nuestras vidas.

La iglesia nunca superará el show que nos ofrece la TV y los vídeos musicales. Pero no hay nada que se pueda igualar a la vida en comunidad de la iglesia. En ningún otro lugar encuentras junta gente tan diversa. En ningún otro lugar la gente que esta rota encuentra un hogar. No existe ningún otro sitio donde se experimente la gracia. No existe ningún otro lugar donde Dios esté presente por medio de su Espíritu."


¡Que la visión encienda los corazones de todos!