¿Ya reparó Usted en que la protagonista de la teleserie más exitosa del último tiempo fue un personaje implícito? Todos movilizados por el interés de encontrar a Elisa, esmero que no sólo les competía a los personajes de la historia, sino también a nosotros que cada noche nos instalábamos frente al televisor con el deseo intrínseco de encontrarla y con una que otra tesis que aportaba a dilucidar este enigma policial.
Si Usted tuvo la posibilidad de participar del fenómeno televisivo descrito anteriormente, que grafica no sólo la relevancia de estar presente, sino el significado que esto puede tener en la vida de las demás personas, no le resultará difícil comprender lo que vivimos como grupo este lunes 9 de Noviembre. Una reunión basada en las personas que formarán parte de nuestra comunidad de fe. Todos muy concentrados realizamos conjeturas a propósito de las ideas e impresiones que cada uno de nosotros pudo obtener en la aplicación de varias entrevistas, las cuales tenían como objetivo recabar información acerca del significado de Jesucristo en las vidas de personas no cristianas y la visión de éstas sobre las características que debería tener una iglesia para contar con su asistencia.
Esto, nos llevó a reflexionar sobre la necesidad de la preponderancia del Evangelio de Jesucristo en la vida práctica e intelectual de las iglesias; de entender el evangelio como una cuestión integral y no sesgada, pues no se trata de buscar un bien social, político, ecológico, moral separadamente y/o tildando uno como más importante que otro; y de poner a Nuestro Señor como el centro de nuestra vida cristiana y no necesariamente a nuestro ministerio cristiano (trabajo en la Iglesia).
También, inspirados por la exposición que hizo nuestra hna Ivonne sobre la oración de Jesús por sus discípulos y los que habrían de creer (Juan 17:1-26), tuvimos la posibilidad de orar por aquellas personas que habrán de llegar a nuestro grupo. De esta forma, intentamos renunciar a nuestro rol protagónico en la oración y lograr que en esta ocasión nuestras peticiones adquirieran una dinámica distinta, que fueran desde los otros hacia nosotros y no al revés como es de costumbre. El Señor nos persevere en esta hermosa tarea.